martes, 13 de julio de 2010

Mi historia con el Señor "D"

Hoy tengo ganas de contarles mi historia con el señor "D". 
Acaso sea porque todavía el duelo no está terminado es que necesito, una y otra vez, repasar la historia que no fué para ver si logro encontrar el porque de su alejamiento. 
Tengo una triste tendencia a pensar que mis historias de amor terminan por responsabilidad mía entonces
trato de descubrir el día y la hora en que alguna de mis palabras o mis silencios hizo que la historia terminara. (Estoy trabajando este tema en terapia chicas!!)

Conocí al señor D cuando eramos niños y fué mi primer amor.
Con él sentí, por primera vez en mi vida, esas mariposas en el estómago cada vez que lo veía y ese cosquilleo extraño en el corazón.
D fué mi primer amor.
Teníamos alrededor de 11 ó 12 años y los dos concurríamos a la misma colonia de verano cerca de donde vivíamos.
Recuerdo como me gustaba y como, a pesar de que apenas cruzábamos palabra, mis mañanas y tardes en la colonia eran especiales. 
Recuerdo que yo lo buscaba entre todos los niños del grupo y la verguenza que me daba cuando nuestras miradas se cruzaban.
El verano terminó, pero no así nuestros encuentros.
Seguimos viéndonos esporádicamente por un par de años más, de tanto en tanto, en casa de amigos en común.
Yo seguía enamorada de él, silenciosamente.
Cuando cumplí 15 años, lo invité a mi fiesta.
Y vino.
Y mi corazón latío con fuerza lo que duró la noche.
Testigo es una foto de aquella época. Yo soy fácilmente reconocible en el tipico vestido blanco.
(Cuál de todos creen ustedes que es EL?).





El se enteró, de alguna manera, que "yo gustaba de él",  entonces, una tarde, poco después de esta foto, en una plaza cercana a mi casa,  me confesó que, en realidad, a él le gustaba mi mejor amiga de ese entonces (también aparece en la foto y ya no es más mi amiga).
Y el mundo me cayó encima.
 Lloré abrazada a él con toda la tristeza que una nena de 15 años puede sentir y le dije que siempre lo recordaría.
Y cumplí.
A lo largo de los años que siguieron, siempre recordé su nombre y me preguntaba que sería de su vida.
Cuando abrí mi cuenta de facebook lo busqué más de una vez pero no logré ubicarlo.
No sé si habrá sido mi deseo de tantos años de saber de él, pero, la mañana del 17 de enero de este año, recibí su solicitud de amistad a través de esa red social y este pequeño mensaje (pequeño pero enorme a la vez) de su parte que decía esto:

Hola Gabriela.
Acaso nostalgia, acaso paso del tiempo, me agradó encontrarte.
He recordado como me ponía la malla que más me gustaba, una y otra vez (incluso la lavaba yo), para ir a "verte" a la colonia de verano. Creo que si alguna vez debí regalarte una declaración de amor no hay mejor que ésta de los 11 ó 12 años; lo hago ahora, retroactivamente.

Saludos.
D


Pueden imaginar lo que sentí después de tantos años?
No sólo me recordaba sino que me estaba regalando una declaración de amor!!! 
Yo ni siquiera tenía idea de que yo le gustaba en aquella época!!
Después de 30 años yo me venía a enterar que él también gustaba de mi en ese entonces!!
Por supuesto le contesté.
Y después de esta primer carta virtual, comenzamos a escribirnos a diario.
Cada vez con más intensidad, cada vez permitiéndonos un poco más de intimidad.
Y así pude saber que el señor D trabaja en el sur de mi país, en una planta petrolera,  durante 21 días y que regresa a Buenos Aires por otros 21 días, en donde descansa, pasea y vé a sus hijos.
También pude saber que está divorciado desde hace más de 10 años.
También supe cosas de nuestro pasado en común, cosas que no tenía idea!!!
Hablando de nosotros y de como recordaba de manera muy vívida lo que habíamos compartido,  me escribió esto ( hay algo de toda esta historia que me sigue conmoviendo ya que al leer esto que les voy a contar he vuelto a llorar):

Lo nuestro era algo referido mas a "me gustás, te eligo", y "Morir de amor". Y mi malla. Y buscarte con la mirada permanentemente. En la pileta, en la fila de salida, en cada juego. Yo jugaba en tu equipo al quemado y te portegía, te tapaba, elegía ser quemado, cruzarme ante la pelota, antes que te quemen a vos. Y si jugabamos en contra jamás te tiraba. Pero un dia ambos llegamos a la final; yo, contra 3, una eras vos. Y los fui quemando a todos, menos a vos. Y dejé que me empataras 2 a 2; y finalmente gané, apenas....apenas 3 a 2.

Yo nunca supe esto. 
Hasta enero de este año.
Y así fueron pasando estos primeros días de nuestro reencuentro. 
Cartas y llamadas de larga distancia a diario.
Mensajes de texto y más llamadas.
Algo estaba naciendo entre nosotros.
Yo no podía creerlo!!
Después de tantos años de recordarlo al fin lo tenía otra vez cerca y, esta vez, parecía que no había cosas no dichas entre nosotros!!!
Tardamos en concretar nuestro primer encuentro ya que él estaba en el sur y, a su regreso, se iba de vacaciones con sus hijos.
Pero el día llegó.
El viernes 12 de febrero me puse un vestido nuevo, largo, de flores, hermoso (hacía calor en Buenos Aires) y esperé a que me pasara a buscar.
Pueden imaginar mis nervios? Yo pensaba si iba a gustarle después de tantos años!!
Me moría de ansiedad de verle el rostro de nuevo, de imaginar como sería ese primer segundo de vernos frente a frente..
Y, cuando le abrí la puerta de calle, sentí un impulso tan fuerte que no pude contener y lo besé.
Ahí mismo, sin preámbulos. Sin palabras. Sin aviso.
Recién después respiré.
Yo había reservado una mesa en un restaurante muy tranquilo cerca de casa, les pedí que la armaran en la zona del parque, debajo de los árboles.
Y así fué. 
Todo el parque fué para nosotros.
Y las estrellas, y la brisa de la noche de verano también.
Fué una noche maravillosa.
Charlamos, reímos, nos acordamos del pasado, hablamos del futuro.
Todo parecía demasiado perfecto para que fuera cierto.
Porque, si bien 30 años habían separado nuestras vidas, en ese preciso instante, parecía que no había pasado ni un segundo.
Y terminó nuestra cena y  yo me sentía en el cielo.
Me sentía hermosa.
Y fuimos a mi departamento, y pasamos la noche juntos.
Fué una noche maravillosa.
Y fué una mañana maravillosa.
Desayunamos y fuimos a almorzar a un pequeño restaurante en un pueblo cercano a donde vivo.
Y, a la tardecita, hora en que regresaba mi hija de la casa del papá, nos despedimos sabiendo que nos volveríamos a ver pronto.
Y así fué.
En los 20 días que le quedaban en Buenos Aires, nos vimos 10.
Los otros los pasó con sus hijos.
La noche anterior a que tomara el avión al sur, la pasamos juntos.
Y nos despedimos hasta su regreso, 21 días más tarde...

Continuará.......

Miércoles, 14 de julio
2º parte


Antes de continuar con el relato me gustaría hacer algunos comentarios de cosas que D me decía en nuestras conversaciones y que, de alguna manera, ponían un freno a la relación.
Pero como, por otro lado, me hablaba del futuras salidas juntos, de vernos en los meses que estaban por venir, me dejé llevar por estos planes inciertos y no le dí demasiada importancia a estos comentarios.
Un día me dijo que, justo cuando había decidido estar solo en su vida, justo había aparecido yo.
Solía decirme que él pensaba que, por la edad de sus hijos, adolescentes, era bueno que no formara pareja hasta que crecieran más, que era una edad difícil para ellos y que, dada su lejanía fisica por el trabajo, ellos necesitaban de todo su tiempo mientras estuviera en Buenos Aires.
También me decía que no quería enamorarse, que estaba evaluando ante su realidad, que deseaba de la vida y a que tenía derecho a desear teniendo hijos y estando divorciado.
Durante estas charlas yo me preguntaba si no era un ser demasiado complicado y si no estaba poniendo por delante de su corazón, su cabeza. Nunca logré contestar esta pregunta.
Un día, en un chat que mantuvimos mientras estaba en el sur, me dijo que, por primera vez en su vida, se estaba dando cuenta de la tristeza que lo envolvía desde hacía años.
Charlamos mucho, abrimos mucho nuestros corazones y compartimos algunos dolores y frustraciones pasadas.
Una noche, un par de días antes de que regresara a Buenos Aires por segunda vez desde nuestro encuentro, mantuvimos una charla hermosa y profunda, compartí con él antiguas penas de mi alma y, al finalizar la charla, publicó en su muro de facebook esta canción de Silvio Rodriguez diciéndome que era un regalo para mi:


No saben como lloré al escucharla!!!
No sólo porque la canción me parece bellísima, sino por todo lo que, a los 40 años, yo estaba volviendo a sentir.
Dos días después de esta canción regresó a Buenos Aires.
La misma noche de su llegada hablamos por teléfono y me dijo que, había estado pensando y que le parecía mejor que no "noviáramos" más, que él quería estar solo, que podíamos vernos sin ningún tipo de obligaciones y que blablabla...
Imaginen mi estupor ante esta propuesta (estupor, desconcierto, tristeza).
Chicas les juro que nunca, pero nunca, lo había "obligado" a que nos viéramos!!!
Había tenido sumo cuidado, durante todo ese tiempo, en respetar sus tiempos, sus horarios, sus momentos en Buenos Aires con sus hijos.
En los 21 días en que estuvo en Buenos Aires esa vez, sólo nos vimos dos veces.
Hablabamos por teléfono, nos mandábamos mensajes de texto, pero sólo me propuso vernos dos veces.
En el segundo de estos encuentros fuimos al cine y a cenar.
Esa fué la última vez que lo vi, pero yo aún no lo sabía...
A la distancia, yo ya sabía, aunque me costaba aceptarlo, que él ya había decidido alejarse de mi.
Al principio creí que era porque estaba sintiendo demasiadas cosas importantes y eso lo asustaba, pero, la verdad, es que, a veces creo, que esa era una excusa que yo me ponía para que no me duela tanto el simple hecho de saber que él no se estaba enamorado de mi.
Igual seguimos "saliendo", es decir, nos vimos dos veces, él regresó al sur por 21 días más, y seguíamos hablando por teléfono y seguíamos chateando algunas noches.
Esas charlas eran hermosas, inclusó él me decía lo lindas que eran y cómo le gustaba charlar conmigo!!
Dos días antes de regresar a Buenos Aires, me dijo que nos veríamos para salir a pasear y charlar.
Nunca llamó.
Yo me sentía tan insegura ante que hacer, cómo proceder, estaba tan confundida con su actitud!
Dejé pasar una semana de su llegada y lo llamé, quería respuestas, necesitaba respuestas.
Tenía la esperanza de que él se diera cuenta de que se estaba equivocando! De que yo era demasiado valiosa como para que no quisiera verme más...
Pero sólo recibí como respuesta algo que todavía resuena en mis oídos:

me gustas Gaby, me encanta estar con vos, te quiero, fué importante esta historia,  pero quiero estar solo. No te elijo para estar en pareja.

Y así fué como esta hermosa historia de un amor que había empezado hacía 30 años tuvo su segundo final.
Como suele sucederme en situaciones parecidas, cuando una relación que recién está naciendo se corta así, de pronto, sin yo poder entender el motivo, me dá por sentir un amor enorme por esa persona, entonces le escribí una carta agradeciéndole todo lo que habíamos podido compartir desde que lo conocí hace 30 años y, diciéndole una vez más, que nunca lo olvidaría.
Unos días más tarde de esto, cumplí años, y en mi muro del facebook, me regaló otra hermosa canción:



Yo, a decir verdad, me sentí bastante confundida ante este regalo.
Unos días más tarde, chateamos nuevamente y, al despedirse me saluda con un: "beso y te abrazo"
Era necesario el "te abrazo" después de todo lo que me había dicho?...
Y pensaba: por un lado me dice que no quiere estar conmigo y, por el otro me regala esta canción y me dice "te abrazo"?...
Es un histérico!!!!
Yo, si estoy segura de que no quiero estar más con alguien no lo confundo mandándole mesajes ambiguos!!!
Para hacerla corta porque ya me estoy aburriendo de contarles esto que, a esta altura, me recuerda bastante como me sentí en esos días, lo llamé para preguntarle el sentido de sus "dobles mensajes" y me dijo, sin más, que estaba saliendo con otra chica!!!
No saben como lloré!!! Qué mal me sentí!!! La poca autoestima que me quedaba desapareció en un segundo...
Me invadió una profunda tristeza que, aún hoy, de a ratos, me viene a visitar.
Y es una tristeza no sólo por esta relación que se rompió antes de comenzar, es por todas mis historias anteriores que se rompieron antes de comenzar.
Es como una tristeza retroactiva. o acumulativa.
Por eso me siento sola del otro.
Estos últimos días, me siento muy sola del otro y, aunque soy de naturaleza siempre optimista, a veces pienso, que eso de que: "ya te llegará el hombre adecuado" es una hermosa idea que, a ciencia cierta, no sé si alguna vez se cumplirá.

De más está decirles que borré al señor D de mis contactos del MSN y del facebook, y, desde el día en que me enteré que compartía sus días con otra mujer, no supe más nada de él.

Gracias a todas las que leyeron hasta acá y, si alguna de ustedes se seinte identificada con esta historia, sepa que hay otras en el mundo que sienten lo mismo



8 comentarios:

  1. Ay Gabriela, no se que decir.
    A veces las cosas pasan no como uno quiere, pero creo que hiciste bien.

    Y por experiencia propia, te digo: Cuando uno decide estar sola y esta en paz con uno mismo, alguien llega (pero esa es otra historia...cuento mas largo...jajaja)

    un beso
    barbara

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  2. Gracias Bárbara por pasar y comentar este post que resultó bastante catártico escribir!!

    Ya les contaré si llega "alguien".

    Y es verdad lo que decís, a veces, el afán por encontrar un "novio" no es bueno. Tal vez mi deseo ya esté circulando por el universo y ahora deba relajarme y confiar en que, si debe llegar, llegará!

    Qué tengas un hermoso jueves!
    Gaby

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  3. Me faltaban detalles a tu historia pero intuía había terminado.Como vos,lloré un montón al leerla.La vida no es un pasillo recto y fácil que recorremos libres y sin obstáculos, sinó un laberinto lleno de pasadizos, que hay que sortear.
    Ojalá la vida te muestre que esperar ESE final, valió la pena.Te quiero.Diana.

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  4. Gracias Diana por pasar y compartir esto. Yo también te quiero mucho! Un beso y nos vemos el sábado.

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  5. Tan incomprensibles a veces son las relaciones...! A menudo sentimos o creemos ver algo que en realidad no está allí... Mi historia personal está llena de esos vericuetos; la de lágrimas que he derramado por hombres que parecían ser los indicados y más luego se diluían ante mi corazón incrédulo... Te entiendo tanto! Pero te cuento algo? Un buen día me cansé de tanta vuelta y tanto amor desencontrado... me senté conmigo misma, definí el hombre que quería, pedí con fuerza el deseo a las estrellas... y "él" llegó!!!

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  6. Gracias Marisa por pasar a dejar tu cometario en este post. Hoy puedo decir que esta historia ya no me duele y la veo "casi" tal cual fue. Y lo veo a él sin el halo con que solía envolverlo.
    Voy a seguir tu ejemplo y pedirle a las estrellas mi deseo y, ojalá, ella también me lo cumplan como a vos!
    Beso y buen domingo!

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  7. quien NO se siente identificadaaaaa??? Es tan complicado el amor, no existen formulas ni, consejos ni asolutamente nada que funcione o no funcione. Dejame, Gabi compartir mi bronca hacia el señor D en esta entrada. Yo como Marisa, encontré a esa persona, pero fue un día que pensé que el amor es para disfrutar crecer y compartir, ese día dejé de salir con un IDIOTA, tenía otro candidato que también mandé a freir churros (viste cuando lees, esta es la misma historia??). No gastar libido en gente sin cerebro o corazón, eso es lo que uno tiene que aprender.
    Te mando un abrazo Gabi (uno sincero ;-)

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  8. Caro, de verdad, sentí tu abrazo sincero y te lo agradezco con el corazón!!!

    Hoy el señor D es historia, ya no me duele su recuerdo, aunque sigo pensando en él cada tanto...

    Un beso enorme, enorme!!

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Qué lindo es recibir tu comentario!!! Qué tengas un hermoso día!!!